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Predomina en ellas la figura del elefante de Bernini, transfigurado por la fantasía de Dalí y provisto de larguísimas partas, de delgadez inverosímil, que en ocasiones porta sobre el lomo un obelisco, una arquitectura fantástica o una figura femenina desnuda en actitud lasciva.
En el fondo a la derecha, el más alejado de estos fantásticos seres carga en la grupa una altísima torre que se pierde más allá de las nubes, sobre las cuales se entrevén edificios, como en un espejismo.
En primer plano, un gigantesco caballo blanco encabritado sobre las patas trasera recuerda, con la boca abierta mostrando toda la dentadura, los jumentos esqueléticos que aparecían en los primeros cuadros surrealistas del pintor.
El motivo de elefante aracnoide era especialmente caro a Dalí, quien lo utilizó en varias ocasiones; figura también en los decorados para la comedia de Shakespeare Como gustéis, puesta en escena en Roma por Lucchino Visonti en 1948.
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