sábado, 19 de noviembre de 2016

Kahlo_Las dos Fridas_Museo de arte moderno. Ciudad de México




     Poco después del divorcio entre Frida Kahlo y Diego Rivera, realizó la artista este autorretrato constituido por dos personalidades. Aquí meditó sobre la crisis matrimonial y la separación. La parte de su personalidad adorada y amada por Diego Rivera es la Frida mexicana con taje de Tehuana; la otra Frida, a la izquierda, está ataviada con un vestido más bien europeo. Los corazones de ambas están al desnudo y se mantienen unidos por medio de una única arteria. La parte europea de Frida Kahlo, despreciada, amenaza con desangrarse. 

     La pintora mexicana antes de su turbulento matrimonio con Rivera, había sido amante de León Trotsky. Y tal vez por sus inquietantes temas pictóricos, o por su delicada salud, se ha convertido en una especie de figura de culto: Aparte de las secuelas de un accidente de automóvil sufrido cuando tenía 15 años, que cercenaron sus esperanzas de estudiar medicina; a mediados de los años 40, padeció problemas en la columna vertebral y, postrada en cama, continuaba pintando con terribles dolores, hasta su muerte.

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