domingo, 17 de julio de 2016

Whistler_Sinfonía en blanco nº 2 - Niña blanca_Tate Gallery. Londres



     Este hermoso y desinhibido retrato de Joanna Hiffernan, la amante de Whistler, es un ejercicio de combinación de tonalidades blancas. La composición asimétrica, con la figura descentrada y cortada, y la iluminación directa que reduce este cuadro a un diseño en color, revelan el interés de Whistler por el arte japonés. Esta influencia, muy acusada a partir de 1860, cuando el arte japonés empezó a difundirse en Europa, se advierte también en la descripción del paipay, el jarrón de porcelana sobre la repisa y las flores de cerezo.

     La técnica de siluetear una figura contra un fondo casi vació era habitual en Whistler. Como reacción contra el predominio del tema en la pintura victoriana, Whistler hizo resaltar el carácter estético de su obra llamando a sus cuadros «nocturno» o «sinfonías». La creciente fama de Whistler como excéntrico divertido coincidió con su declive como pintor.

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