Mientras en 1913 trabaja en las obras preliminares al Gran Vidrio, Duchamp crea el primer ready-made montando
una rueda de bicicleta sobre un taburete de madera. Cuando se va a
Estados Unidos lo deja en su estudio; el original se perderá pero
subsisten una serie de réplicas, la primera creada ya al principio de la
estancia neoyorquina.
La génesis de este objeto, que tiene el aspecto evocador y arcaico de
un talismán, tiene su raíz en las indagaciones que Duchamp está llevando
a cabo en 1913. Éste es, ante todo, el año de la aplicación de azar a
la creación artística: al igual que en las novelas de Roussel el acto
creativo llega inesperadamente y se basa en la coincidencia (en el nuevo
sentido que adquieren dos palabras mediante su combinación casual), dos
objetos poseedores de existencia autónoma, creando un conjunto inédito y
sugestivo. Es también para Duchamp el año de la renuncia a los métodos y técnicas tradicionales del arte: la Rueda de bicicleta anuncia
casi por entero la intervención manual del artista, limitando la
creación la creación a la concepción de una idea. La intervención del
autor consiste sólo en cambiar el ángulo visual desde el que un objeto
(en este caso la rueda) es percibido habitualmente.
En cuanto a la forma de este primer ready-made, recuerda los seres mecanomorfos que Duchamp está investigando para el Gran Vidrio y en particular las formas rudimentarias y vagamente humanas de los Nueve moldes masculinos. En fin, el motivo del movimiento centrífugo en torno a un eje es común a la rueda, el Molinillo de chocolate y el molino del Trineo. Según Maurizio Calvesi, la obra esconde un significado alquímico, reuniendo en sí parejas de opuestos como Círculo-Cuadrado y Móvil-Fijo (que corresponden con Masculino-Femenino), además de la idea de una aspiración a lo alto (travesaños del taburete y suspensión sobre al horquilla).
En cuanto a la forma de este primer ready-made, recuerda los seres mecanomorfos que Duchamp está investigando para el Gran Vidrio y en particular las formas rudimentarias y vagamente humanas de los Nueve moldes masculinos. En fin, el motivo del movimiento centrífugo en torno a un eje es común a la rueda, el Molinillo de chocolate y el molino del Trineo. Según Maurizio Calvesi, la obra esconde un significado alquímico, reuniendo en sí parejas de opuestos como Círculo-Cuadrado y Móvil-Fijo (que corresponden con Masculino-Femenino), además de la idea de una aspiración a lo alto (travesaños del taburete y suspensión sobre al horquilla).
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