domingo, 26 de abril de 2015

Holbein_Los embajadores_National Gallery. Londres


 
     Los dos personajes que posan tan seguros de su importancia son Jean de Dinteville, embajador francés ante Inglaterra, y su amigo Georges de Selve, obispo de Lavaur. Ambos diplomáticos tenían la delicada misión de proteger los intereses de su país y evitar la ruptura de Inglaterra con el papado. La refinada colección de instrumentos musicales, astronómicos y científicos simboliza su saber y su autoridad. El reloj de sol sitúa la escena exactamente a las diez y media de la mañana del 11 de abril. Holbein indica que, sin embargo, toda esta magnificencia y arrogancia deben terminar en la tumba, contrastando la espléndida riqueza de los personajes con símbolos de la muerte: la cuerda rota del laúd y la calavera distorsionada (anamórfosis) que se encuentra ante ellos y que sólo puede verse si se contempla  el cuadro desde unos dos metros a la derecha, a ras de los ojos de los embajadores.

     Holbein era el mejor pintor de retratos de su época, y fue nombrado pintor oficial de la corte inglesa. Sus retratos de Enrique VIII, sus esposas y ministros ilustran la magistral técnica de Holbein y su talento para exteriorizar el carácter de sus modelos. Holbein murió en Londres a causa de la peste.

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