lunes, 17 de octubre de 2016

Gauguin_Arearea (el perro rojo)_Museo d´Orsay_París

     
     Paul Gauguin describió su atrevido empleo del color en este cuadro como una deliberada búsqueda de la armonía. Forma parte de las series tahitianas, muchas de las cuales dan la impresión de haber sido pintadas de noche, a la luz de la luna. Gauguin personificó el deseo de los años coincidentes con el cambio de siglo de regresar a una idea romántica de vida primitiva. Dejando a su familia y a una brillante carrera profesional, se fue a vivir a Tahití. En su libro Noa Noa, en el que habla de su vida en la Polinesia, escribió: «He huido de todo lo artificial y convencional. Aquí penetro con la verdad, soy uno con la naturaleza». En Tahití intentó captar la inmediatez impulsiva e instintiva del arte primitivo.

     Gauguin fue uno de los primeros pintores que utilizó el color con fines puramente decorativos o emocionales. Esto, unido a su estilo simplificado y no naturalista le ha convertido en uno de los más importantes artífices del arte moderno.

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